La felicidad de dar y recibir
Aprendizaje esperado: Es capaz de pedir, recibir y ofrecer ayuda, y
de explicar las emociones que surgen al apoyar y ser apoyado.
Énfasis: Reconocer acciones que dañan o beneficien a otros y cómo
se siente al ayudar a alguien.
¿Qué vamos a aprender?
Conocerás que
con pequeños detalles puedes ayudar o apoyar a personas que lo necesitan.
Lee con atención el relato de Adriana y Mario, y
que hizo Adriana para apoyar a otra persona, con este caso te darás más una
idea de que acciones puedes realizar para dar y recibir:
El día de hoy le toco ir de compras a Adriana.
Adriana: Los lunes aprovecho que tengo que salir a trabajar para pasar a
comprar la despensa de la semana para mí y mi familia.
Mario: ¿Todo eso se comen en una semana?
Adriana: Bueno, no. Hoy en especial, traigo la despensa de dos casas,
porque cuando salía de la mía, me encontré a Conchita, mi vecina que ya es una
persona mayor que vive sola, la vi con bolsas de mandado vacías y le ofrecí
ayuda: Conchita, para que usted no salga, yo puedo hacer sus compras, le dije,
ella estuvo de acuerdo, así que hicimos una lista y más tarde le llevaré todo
lo que me encargó.
Mario: ¡Lo cuentas con un entusiasmo! se ve que te gusta ayudar.
Adriana: Sí, siento que, si tengo alguna habilidad, lo mejor que puedo
hacer, es compartirla con alguien que necesite ayuda, además, Conchita es muy
amable y me hace muy feliz poder ayudarla. Ya acordamos que, cada semana, yo la
puedo ayudar con las compras para que ella, que vive sola y no tiene carro, no
tenga que cargar y mucho menos poner en riesgo su salud, me sentí muy orgullosa
de poder ayudarle, sobre todo cuando vi su cara de alivio por haber resuelto
esa situación.
Mario: Me parece que
lo que hiciste fue una acción muy generosa, algunas veces no nos damos cuenta
que con pequeños detalles podemos ayudar o apoyar a personas que lo necesitan.
Efectivamente, hay pequeños detalles que puedes hacer para ayudar a otras personas,
¿Qué te pareció la acción de Adriana?
¿Qué hacemos?
Lee con atención la historia de una mujer que se llamó, María Montessori, ¿Te suena el nombre?
María Montessori nació en
Italia, era una maestra y doctora que trabajaba con niñas y niños con
discapacidad, algo que casi nadie hacía.
María, además de ser doctora y
maestra, era muy curiosa así que se dedicó a observar cómo aprendían las niñas
y los niños, se dio cuenta que, cuando los alumnos y alumnas pueden elegir lo
que más les interesa, aprenden más rápido.
Muy pronto, abrió una escuela donde recibió a niñas
y niños de todos lados, con o sin discapacidad, esa escuela se llamaba La Casa
de los Niños ¡Y vaya que era la casa de los niños! había mesas y sillas del
tamaño de ellos y ellas. Los estantes y libreros eran del tamaño de las niñas y
los niños, inventó juguetes que servían para que las niñas y niños más
pequeños, jugaran y aprendieran al mismo tiempo, todo estaba pensado para que
cada niña y niño, pudiera trabajar en lo que quisiera en ese momento.
Todo esto, María lo hacía para
ayudar a que las niñas y niños crecieran de manera autónoma e independiente,
¿Sabes qué quiere decir eso? quiere decir que ayudó a las niñas y niños a
valerse por sí mismos, a que, poco a poco desarrollaran habilidades sin necesidad
de la ayuda de nadie.
Hoy en día, hay escuelas que trabajan con esas estrategias, así que
María Montessori, ayudó a sus alumnas y alumnos, pero también a muchos niños y
niñas que nacieron después.
¿Y tú? ¿A quién ayudas o quién te ayuda?
Se puede pensar en María Montessori como una mujer que ayudaba a las
niñas y niños a aprender, así como tú maestra o maestro.
Y esas niñas y niños crecieron, seguro pudieron
ayudar compartiendo sus aprendizajes con otras niñas y niños.
Una de las cosas más valiosas de María
Montessori es que fue capaz de entender que las niñas y niños que viven con
discapacidad necesitan apoyo, no trató de imponerles una manera de aprender,
sino de descubrir qué era lo que necesitaban, con empatía y solidaridad.
¿Sabes qué es eso de solidaridad y empatía?
La empatía es la capacidad de entender y mirar lo que otras personas
sienten, incluso si no sienten lo mismo que tú, y la solidaridad es ayudar a
otras personas en lo que ellas necesitan o quieren realizar.
Por eso, María Montessori tenía empatía, porque
entendió lo que las niñas y niños sentían o necesitaban, aunque ella era ya una
persona adulta, actuaba con solidaridad al ayudarles a cumplir su cometido, que era
aprender.
Ahora, observa la siguiente cápsula de Un día en Once niñas y niños,
puedes ver hasta el min. 04’36.
Momentos para recordar de Yo ayudo en Once Niños.
Las ideas que dio Alan para brindar ayuda a la
familia son maravillas, ¡Siempre puedes ayudar! Sí, siempre puedes
ayudar a alguien de diferentes formas, para ello necesitas aprender a observar
lo que ocurre a tu alrededor y así ayudar de la mejor manera posible y de
acuerdo a tus posibilidades.
Ayudar y apoyar a otros nos ayuda a desarrollar nuestra Empatía y
Solidaridad.
¿Tú, de qué forma has ayudado a otras personas y cómo te ha hecho sentir
eso?
Puedes ir anotando en tu cuaderno las emociones que has sentido al
ayudar a otras personas.
Se les cuestiono a niñas y niños la misma pregunta
y estas son las respuestas.